La receta del éxito: Entiende tu talento

Publicado por Álvaro Bueno

Contenidos del Artículo

1 – Los ingredientes para alcanzar el éxito

2 – Definiendo el talento

2.1 -Tu talento determina tus áreas de oportunidad

3 – ¿Cómo identificar las áreas en las que puedes llegar al éxito?

3.1 – El talento es el inicio del camino hacia el éxito

3.2 – Prepara tu sistema emocional contra el fracaso

4 – La receta final para el éxito

4.1 – El aburrimiento es tu mayor obstáculo

4.2 – La suerte también influye, y mucho

5 – Resumen de las ideas principales

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Antes de comenzar quiero aclarar que cuando utilice la palabra “éxito”, estoy queriendo hacer referencia a alcanzar los mejores resultados posibles en un ámbito concreto.

Es cierto que el éxito es un concepto relativo. Alguien puede sentirse exitoso con muy poco.

No todo el mundo subordina su satisfacción personal con los resultados obtenidos, lo cual, como ya vimos en artículos anteriores, considero algo positivo.

Sin embargo, para que nos entendamos mejor durante el episodio, cada vez que utilice este término, ten en cuenta que me estoy refiriendo a la obtención de grandes resultados externos.

Los ingredientes para alcanzar el éxito

¿De qué depende tu éxito?
¿Qué factores influyen en él?
¿El talento, el esfuerzo, la disciplina, la suerte…?

Bueno, como ves ya nos encontramos con preguntas un tanto complejas así de primeras, y ya te adelanto que, por desgracia, no tengo la respuesta definitiva, aunque, la verdad, tampoco creo que exista.

Los seres humanos caemos en el error de creer que todo tiene una única causa.

Cuando te he dado diferentes opciones para determinar de qué depende el éxito de cada persona, no se si te habrá pasado por la cabeza la idea de que, realmente, la consecuencia de obtener resultados extraordinarios dependa de muchos factores a la vez.

Estoy seguro de que más de una vez habrás escuchado frases del estilo: “Todo se reduce a la pasión”, o a lo mejor… “Su talento lo llevó a lo más alto”.

Ese tipo de afirmaciones es verdad que quedan muy bonitas e incluso pueden ser hasta inspiradoras, pero la realidad es mucho más compleja de lo que podemos llegar a entender.

Definiendo el talento

Así de primeras, es posible que a más de uno le resulte incómodo tratar el concepto del talento.

Al fin y al cabo, es difícil asumir que algo sobre lo que no tienes control como son tus genes, pueden determinar tus aptitudes y, por tanto, tus posibilidades de triunfar.

El caso es que no estamos aquí para dar un discurso motivador, sino para entender un poco mejor la realidad a la que nos enfrentamos.

Pero bueno, realmente no todo es tan malo como parece.

Bajo mi punto de vista, los genes no determinan tu destino, sino tus áreas de oportunidad.

Sin embargo, ten en cuenta que tu talento en ningún caso elimina la necesidad de trabajar duro. Solamente lo hacen más claro. Nos indica a qué debemos dedicar el esfuerzo.

Digamos que no existen personas talentosas y no talentosas, como siempre, la realidad es mucho más compleja.

Tu talento determina tus áreas de oportunidad

Todos tenemos una predisposición diferente para cada una de las habilidades desarrollables.

Por tanto, quizá aquellas personas a las que etiquetamos como talentosas, simplemente, han elegido bien su campo de competencia.

Te guste o no, por mucho que entrenes y te esfuerces, es posible que nunca llegues a ser un deportista profesional, un pintor reconocido o un músico excelente.

En definitiva, creo que por encima de todo, la clave está en preguntarse cómo identificar el ámbito para el que tu talento está predispuesto.

Pues bien, después de darle unas cuantas vueltas, parece que encontrar la respuesta no es tarea fácil y requiere de bastante tiempo.

Nos guste o no, cuando se comienza una actividad, debe haber un período de exploración gracias al cual puedas determinar si realmente es para tí.

Haciendo un símil con las relaciones de pareja, el período de exploración sería como cuando empiezas a salir con alguien.

Necesitas de un tiempo previo para saber si realmente esa persona con la que compartes el tiempo es la adecuada para tí a largo plazo.

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¿Cómo identificar las áreas en las que puedes llegar al éxito?

James Clear, en su libro más famoso “Hábitos Atómicos” indica que existen 4 preguntas cuyas respuestas te dirán si, finalmente, una tarea es adecuada para tí, es decir, si estás predispuesto a tener éxito en ese ámbito.

La primera pregunta es… ¿Cuándo estás disfrutando mientras otras personas se están quejando?

En segundo lugar, ¿qué te hace perder la noción del tiempo?

En tercer lugar, ¿dónde encuentras recompensas mayores que el promedio de las personas?

Y por último, ¿qué se te da bien de manera natural?

En este punto, no es casualidad que haya preguntas relacionadas con tus habilidades innatas, pero también con tus gustos y disfrute personal.

Ambos aspectos son muy importantes para alcanzar los mejores resultados.

El talento es el inicio del camino hacia el éxito

Por una parte, las personas talentosas en una faceta concreta empiezan progresando donde otros han fallado, debido a lo anterior, obtienen recompensas como un mejor salario o recibir mejores oportunidades, lo cual les llena de energía y les hace más felices, lo que a su vez las impulsa a producir un trabajo de aún mejor calidad.

Tus habilidades innatas son el origen de un círculo virtuoso.

Eres bueno desde el principio en algo, obtienes recompensas por ello, progresas, te sientes motivado y te vuelves aún mejor.

Sencillo ¿verdad?

Como siempre estas cosas suenan muy bonitas hasta que contemplas lo que ocurre en la realidad.

Si el círculo virtuoso se mantuviera siempre, lo único importante para tener éxito sería el talento inicial, pues la motivación para seguir progresando vendría de parte de las recompensas que vas obteniendo a lo largo del tiempo, independientemente de la tarea que desempeñes.

Como verás ahora, esto hace aguas por todas partes.

Prepara tu sistema emocional contra el fracaso

El último libro que me leí de Nassim Taleb, uno de mis autores favoritos, tiene el título de “¿Existe la suerte?”.

En él, entre otras muchas cosas, el bueno de Nassim explica que nuestro sistema emocional está diseñado para la causalidad lineal, es decir, para sentirnos bien necesitamos ver que estamos progresando a un ritmo constante en relación a nuestro esfuerzo diario.

Pero la realidad pocas veces nos da el privilegio de que las cosas funcionen así.

Lo normal es que las recompensas a tu esfuerzo aparezcan tras mucho esfuerzo y tiempo invertido.

Ante esta problemática, si la única motivación que tienes para desempeñar una tarea proviene de los resultados externos, estás perdido, pues tirarás la toalla antes de alcanzar el éxito.

Y esta es justamente la razón por la que a la hora de buscar el área en la podrías tener un gran éxito debes fijarte en algo más que en tu predisposición o talento.

Deberías también tener muy en cuenta tu disfrute y tu motivación intrínseca por la tarea, tal y como exponía James Clear con sus 4 preguntas que hemos visto antes.

En otras palabras, tienes que tener tal apego por el proceso, que seas capaz de desapegarte de tus resultados obtenidos en cualquier momento, pero sobre todo cuando estos no sean favorables.

La receta final para el éxito

¿Alguien puede llegar a ser realmente exitoso en un ámbito sin tener talento para ello?

Mi respuesta es no.

Por otro lado:

¿Alguien puede llegar a ser realmente exitoso si no disfruta intrínsecamente de la tarea que desempeña?

Mi respuesta vuelve a ser no.

En conclusión, dos de los ingredientes necesarios para tener un gran éxito son el talento y el disfrute por el proceso.

Pero por desgracia, esto no es lo único. Si fuera así habría mucha más gente exitosa en el mundo.

Existe una dificultad extra, y es que lo que te apasiona hoy, puede dejar de hacerlo dentro de un tiempo.

Según James Clear:

La mayor amenaza al éxito no es el fracaso sino el aburrimiento.

El aburrimiento es tu mayor obstáculo

Tendemos a aburrimos de nuestros hábitos porque dejan de fascinarnos.

Al principio todo el mundo tiene muchas ganas e ilusión. En este momento es realmente fácil hacer grandes esfuerzos y sacrificios, pero a lo largo del tiempo, la adaptación hedónica hace de las suyas y lo que antes era novedoso e ilusionante, se convierte en monótono y repetitivo.

Cualquiera puede trabajar cuando se siente motivado. Es la habilidad de seguir adelante cuando el trabajo no es emocionante lo que hace la diferencia.

Esta es la razón por la que tengo cierta tirria a frases como “todo se reduce a la pasión” o “realmente debes querer lograrlo”.

Como resultado, muchos tienden a deprimirse cuando pierden la motivación porque piensan que la gente exitosa tiene una reserva inagotable de pasión.

La gente verdaderamente exitosa ha sentido la misma falta de motivación que el resto. La diferencia está en que ellos encuentran la manera de seguir adelante a pesar de sus sentimientos de aburrimiento.

En definitiva, si solo te esfuerzas y haces el trabajo cuando te resulta conveniente y emocionante, entonces nunca serás lo suficientemente consistente como para alcanzar resultados destacados.

La suerte también influye, y mucho

Ya nos estamos acercando al final, pero antes debo hablarte la última variable que considero de gran importancia para alcanzar el éxito, esta es, simplemente, el azar.

Al talento, el disfrute intrínseco por la tarea y a la lucha contra el aburrimiento hay que añadirle el factor de la suerte.

Seguramente tendemos a subestimar esta variable para mantener un sentimiento de control sobre nuestras vidas.

Sin embargo, creo que cuanto antes empieces a tener en cuenta la existencia de la suerte, mejor podrás interpretar el mundo que te rodea.

Considero tan influyente el azar en los resultados que puedas obtener, que vamos a dedicar el próximo artículo únicamente a estudiar la influencia de este factor.

Resumen de las ideas principales del artículo

En primer lugar, prácticamente nada tiene una única causa por mucho que nos empeñemos en simplificar la realidad. Como es obvio, el éxito no puede explicarse con un único factor.

En segundo lugar, tus genes y talento no determinan tu destino, sino tus áreas de oportunidad. Nos indican a qué debemos dedicar el trabajo duro y el esfuerzo.

En tercer lugar, no existen personas talentosas y no talentosas, todos tenemos una predisposición diferente para cada una de las habilidades desarrollables, por tanto, la pregunta clave debería ser… “¿Cómo puedes identificar el ámbito para el que estás predispuesto?”

En cuarto lugar, lo normal es que las recompensas a tu trabajo aparezcan tras mucho tiempo de esfuerzo y tiempo invertido, por tanto, aparte de talento, deberías también tener una motivación intrínseca por la tarea que desempeñas.
En quinto lugar, la mayor amenaza al éxito no es el fracaso sino el aburrimiento. Tendemos a aburrirnos de nuestros hábitos porque dejan de fascinarnos.